Con los dedos de las manos, con los dedos de los pies... llegamos al episodio 23. Como los otros reportajes veraniegos, nos lo hemos tomado en plan mini-vacaciones así que reservamos un hotel en Bàscara con una piscina enorme y lo primero que hicimos al llegar, después de dejar las cosas en la habitación, fue probarla.
Después de la piscina, nos hacía falta recuperar energía y, sin movernos del hotel, bien que lo hicimos en el restaurante: un sencillo buffet de ensaladas y un menú muy digno. Comí igual que Víctor: ensaladita, alitas y crema catalana. Por cierto, soy Turbo.
Después de una siestecilla nos dirigimos por fin a Roses. Aparcamos cerca del centro y nos dedicamos a callejear sin mucho orden por la isla peatonal plagada de tiendas y restaurantes. En uno de ellos Víctor, aficionado al plantas contra zombies, quiso asegurarse de que no había una sorpresa tras la puerta.
En el paseo nos detuvimos también delante de la iglesia de Santa Maria de Roses y disfrutamos un ratito en un pequeño parque en la calle de la Riera.
Ya en el paseo marítimo, aproveché para disfrazarme de unicornio y nos hicimos unas fotos con la bahía de fondo, incluyendo la familiar, que hice yo mismo.
Se acercaba la hora de cenar y empezamos el regreso hacia el punto donde teníamos el coche. Aún pudimos ver a un artesano del vidrio, un refugio antiaéreo, un lavadero público y un montón de mis parientes antes de dejar Rosas hasta la próxima visita. O eso pensábamos.
A la salida de Roses vimos una pequeña feria y decidimos alargar el día un poco más y, de paso, cenar cualquier cosa allí. Nos subimos a una montaña rusa que parecía poca cosa pero que nos sorprendíó agradablemente.
Víctor subió también a la casa llena de trampas con su gigantesco tobogán.
Cenamos una hamburguesa en el único restaurante de la feria y Víctor quiso aprovechar el ticket de regalo que nos dieron pegando unos saltos.
Y como os adelantaba, acabamos volviendo a Roses, al CAP. La encargada de las camas elásticas insistió en que Víctor diera la voltereta y en uno de los intentos, cayó al revés dando con la cabeza en la lona. Solo fue el susto, pero se quejaba del cuello y tuvimos que ir a que lo examinaran.
¡Os espero en el próximo reportaje!
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